Doña Ñoña es una dama
con aires de gran señora
y lleva un moño en el pelo
que la hace muy graciosa.
Suele ser muy retraída
y bastante desdeñosa,
pues la mujer se enfurruña
por todo, por cualquier cosa.
Si se enfada de verdad
llega incluso a ser huraña,
gruñe, chilla, refunfuña
y si te pilla te araña.
No es de extrañar su mal genio:
en el fondo es melindrosa
y necesita cariño
más que ninguna otra cosa.
Añora las carantoñas,
los mimos y las caricias,
porque se siente muy sola
y tiene mucha morriña.
En el mercado es roñosa,
o sea, muy muy tacaña,
y con todo el mundo riñe
porque piensa que la engañan.
También es muy apañada,
trabajadora y marchosa,
pone mucho empeño en todo
y además es muy mañosa.
De niña era preciosa,
una muñeca de ensueño,
luego fue una señorita
ya con bastante mal genio.
Pero si quiere es risueña,
y aunque es ya tatarabuela,
a veces es más alegre
que un buen par de castañuelas.
(c) Miguel Ángel Mendo · 2012
(c) Miguel Ángel Mendo · 2012
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