23/7/11

R 2 · La R como consonante líquida

(Es decir, unida a una consonante sonora)

Cuando la R va detrás de otra consonante (BR, CR, DR, FR, GR, PR, TR), se engarza a ella de tal modo, se enquista tan profundamente entre ella y la vocal que la sigue, que rompe el sonido de la sílaba, la fractura, introduciendo entre ellas, a modo de cuña, esa dinamicidad específica, ese inequívoco matiz de violencia, ese tremendismo más o menos dramático, más o menos crítico, drástico o frívolo. Aportando a la consonante a la que se une las distintas coloraciones, matices, sinestesias, conformaciones... que contiene el sonido “erre”.
En realidad es una “ere” simple, pero al ir hermanada a otra consonante también sonora, posee siempre, por la reduplicación de la vibración, la fuerza de una “erre” fuerte, aunque matizada y coloreada por la consonante que la rige.

Estudiemos con atención esta lista comparativa:

botar - brotar
caso - craso
dama - drama
factura - fractura
gasa - grasa
pisa - prisa
tocar - trocar

En estos ejemplos vemos cómo la R que se inserta entre la primera consonante y la vocal transforma el sonido de la palabra por completo, lo que —al igual que sucede con la otra única posible consonante que en castellano puede formar este tipo de sílabas mixtas, con la L—  por supuesto también modifica radicalmente su significado conceptual. Pero aquí el componente que se añade, independientemente del significado preciso de los términos, aporta esa drasticidad de la que hablábamos antes.
En ‘botar’ hay algo blando (B) y luego un sonido seco (T), y en ‘brotar’, a esa globulosidad de la B, se le ha añadido una energía más rigurosa, raspante, que presupone cierta dificultad, no exenta de esfuerzo.


El efecto de conflictividad, de presencia de elementos problemáticos que introduce la r resulta también muy evidente en drama, fractura y prisa, entre los términos citados.
Craso (del latín crasus, gordo), tiene también esa particular brusquedad, al igual que grasa, sustancia que sugiere la existencia, por esa erre, de asperezas, de impurezas en su seno (muy distinta a la connotación de absoluta fluidez que proponen los términos aceite, y sobre todo óleo, francamente suave y limpio)
Con respecto a ‘trocar’, donde la influencia de la R puede no resultar tan clara, vamos a aportar lo que el DRAE dice:
1. tr. cambiar, permutar una cosa por otra.
2. cambiar, mudar, variar, alterar.
3. Arrojar por la boca lo que se ha comido.
4. Equivocar, tomar o decir una cosa por otra. Al criado no se le puede encargar nada, porque todo lo TRUECA.
5. desus. Cambiar moneda.
6. Equit. Hacer que una caballería al galope cambie de pie y mano.
7. prnl. Cambiar de vida.
8. Permutar el asiento con otra persona.
9. Mudarse, cambiarse, enteramente una cosa. TROCARSE la suerte, el color.
Evidentemente, trocar no es exactamente lo mismo que cambiar, mudar o variar. Por eso existe específicamente esta palabra. Lo que tiene de diferencia con éstas quizás se pueda rastrear en la acepción número 3, en la 4 (donde podría asemejarse a equivocar), en la 7 y en la 9.
Pero incluso en las acepciones no señaladas, en las que indican cambio o variación, podemos afinar más y conectar con los más pequeños matices significativos. Trocar es, ahondando más, llevar a cabo una transformación, un cambio súbito, repentino, con el grado de violencia inherente a esta rápida alteración que evoque el contexto de la frase.
          · M. Delibes, en “Madera de héroe” escribe: “...de modo que su desconfianza incipiente se trocó en temor.”
          · J. L. Martín Vigil en “En defensa propia”: “... que tu cuerpo se trocó en un resorte dispuesto a saltar al más mínimo estímulo.”
          · Mercedes Salisachs en “La gangrena”: “Don Pablo trocó su sonrisa en ceño.”

Observemos ahora, para poder comparar aunque solo sea de modo fugaz e intuitivo, por el momento, la diferencia que hay si la consonante segunda, llamada líquida, en vez de la “ere” es la única otra posible, esto es, la “ele”:
          bando – blando
          caro – claro
-con DL no hay, propiamente hablando. En las únicas ‘adlátere’ o ‘dejadle’, no engarzan.
          fecha – flecha
-con GL no he encontrado comparación posible, pero se podría aplicar cualquiera, aún sin significado, para intuir la transformación y comparar. Por ejemplo, ya puestos: 
          gasa – “glasa” (algo relacionado con “glasear” = dar brillo), para confrontarla a la anterior ‘grasa’.
          pisa – plisa (Hacemos lo mismo, porque aquí sí podemos, para comparar con ‘prisa’)
          atas – atlas (Hay muy pocas, y casi todas de origen náhuatl, pero hemos tenido suerte) 

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